Durante el primer año de vida las enfermedades en los bebés son frecuentes y a veces peligrosas. Es por esto que es muy importante consultar los pediatras cuando se tengan dudas sobre su estado. Durante los primeros 3 meses de vida las infecciones pueden ser graves, así que si el bebé tiene fiebre es momento de ir a un hospital donde generalmente se les practican exámenes de sangre y orina.

Estas son las enfermedades importantes que los bebés padecen durante su primer año de vida:

1. Infecciones respiratorias que se desglosan en catarros en vías altas, neumonías y bronquiolitis. Es normal que con estas enfermedades el bebé coma menos, presente tos y congestión nasal. Si se afectan las vías respiratorias bajas la enfermedad es más seria. Puede tratarse de bronquilitis y a veces se requiere ingreso hospitalario o un tratamiento específico.
2. La otitis. Es una de las infecciones más frecuentes. Se trata de una infección generalmente bacteriana, y que según la edad puede evolucionar bien sin antibiótico. Durante el primer año de vida hay que tratarlas con tratamiento específico, suelen ser molestas y dolorosas, el bebé se despierta llorando en la noche y no quiere comer debido al dolor que le produce en su oído tragar.
3. La gastroenteritis. Esta enfermedad no requiere un tratamiento específico y son frecuentes también; se necesita, en este caso, ser constantes en la hidratación oral. El bebé debe tomar suficiente líquido, preferiblemente suero para no sufrir una deshidratación. Aquí el bebé puede presentar vómito, diarrea o ambos.
4. Las infecciones de orina. Estas infecciones deben ser descartadas ante un bebé de menos de uno o dos años cuando presente fiebre sin una claridad del porqué. Se realizará un examen de orina que dará una idea de si presenta infección o no y se hará un cultivo de orina antes de iniciar algún tratamiento con antibiótico. En algunas ocasiones según la edad del niño y según su estado se requiere hospitalización.
5. Las infecciones cutáneas. Las infecciones de la piel y de los tejidos blandos suelen requerir tratamiento con antibiótico y algunas veces también hospitalización. Algunas infecciones con afectación cutánea (de la piel) como la varicela, sarampión, rubeola, etcétera no requieren dicho tratamiento de antibiótico salvo en situación de complicaciones.

Fuente: http://www.guiainfantil.com/