¿Los bebés y los gatos pueden vivir juntos?
Existen muchas historias sobre los gatos y los bebés, que sí pueden convivir, que no, etc. Kat Miller, experta en conducta de la Sociedad para prevenir la crueldad a los animales de Estados Unidos, afirma que son los bebés los que más asustan a los gatos por sus ruidos extraños, sus distintos olores y su conducta imprevisible. Por decirlo en palabras sencillas, para algunos gatos los bebés son extraterrestres.
Es claro que cuando un bebé inicia a ser parte de una familia, su rutina cambia por completo. Los bebés normalmente se adaptan a su entorno y a su nueva realidad pero los gatos sí notan los cambios, ya que es un animal que se categoriza como de hábito y prefiere la regularidad, la monotonía. Es por esto que es fundamental supervisar el contacto y el comportamiento del gato con el bebé, no quitarles ni un ojo de encima.
Es recomendable seguir estos consejos que la experta brinda:
- Supervisar el contacto del gato con el bebé. Si el bebé está durmiendo se debe cerrar la puerta de su habitación para mantener al gato alejado y evitar que trepe a la cuna.
- Observar si existe alguna reacción alérgica en la piel o en la respiración del bebé. Podría darse por el pelo del gato y si esto ocurre, lo mejor es ir a un médico.
- Antes de que el bebé haga presencia dentro del hogar, lo recomendable es acostumbrar a la mascota a él. Intentar que jueguen es conveniente, que lo acaricie, etc.
- Acostumbrar al gato a los sonidos que hace el bebé y también a sus olores; que el gato olfatee su perfume, etc.
- Es importante cortar regularmente las uñas del gato para evitar posibles arañazos.
- Asegurarse de que el gato sepa qué cosas tiene permitidas y prohibidas. Por ejemplo, subirse a la cuna no se le debe permitir.
- Los animales ‘hablan’ con su cuerpo. Si la cola del gato está hacia arriba y no menea, es señal de que el gato está agitado y merece atención; si sus orejas están paradas, el gato está relajado e interesado.
- El comportamiento del gato también dependerá de las actitudes que tomen sus dueños. Permite que el gato observe y se aproxime al bebé a su ritmo, sin expresar terror o miedo. Es darle un voto de confianza.
- Tener en cuenta la personalidad del gato. De eso dependerá su ajuste o no al nuevo integrante de la familia.
- Cuidar de la higiene. Evitar que el gato se suba a la cuna, a la mesa y que esté siempre en contacto con el bebé, es sencillamente educar al gato.
Fuente: http://www.guiainfantil.com/
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