Mitos sobre el cuidado de los bebés.

Los mitos sobre el cuidado de los bebés son una mezcla de tradiciones, chismes, herencias, etc. Si en algún momento de tu maternidad tienes dudas sobre si algo es cierto o no, no te cohíbas y consúltaselo a tu médico.

Aquí están los más comunes:

  • Si estornudan es porque están resfriados: Esto es depende. Los estornudos y la tos son mecanismos que tiene el cuerpo para limpiar las vías respiratorias; hay que tener claro que los bebés no se pueden sonar la nariz y aclararse la garganta carraspeando, por ende, lo hacen de esta manera. Claro, los niños estornudan cuando están resfriados, pero este estornudo viene acompañado de otros síntomas como fiebre o malestar.
  • Los bebés saben nadar por instinto: Es falso y realmente peligroso. Es cierto que los bebés dejan de respirar cuando entran en el agua pero esto no quiere decir que no se puedan ahogar. Si no se les saca rápidamente de allí, lo más probable es que sus pulmones se bloqueen causando un ahogamiento.
  • Llorar ensancha los pulmones: No se ha comprobado que exista alguna relación entre el llano y la maduración de los pulmones. Un bebé que llora lo hace sencillamente porque algo le pasa, algo necesita.
  • El azúcar quita el hipo: Muchos bebés tienen hipo debido a la inmadurez que sufre su sistema neurológico. Es un movimiento involuntario e intermitente del diafragma que no tiene importancia alguna, no intentes hacer ningún remedio casero que te recomienden, es mejor que esperes, el hipo se va por sí solo.
  • No deben salir hasta tener 15 días de edad: Este mito puede deberse al pensamiento que tienen los padres de que el bebé no puede ‘coger’ ninguna enfermedad. Naturalmente no se le puede exponer al contacto con una persona que tenga alguna enfermedad infecciosa, pero no tiene nada que ver con el aire libre.
  • Entre más rápido les salgan los dientes, más inteligentes serán: Los dientes de leche salen cuando deben salir. La inteligencia que el bebé alcanza depende de los genes que haya heredado, de los estímulos que reciba, etc.
  • Añadiendo cereales al último biberón, dormirán mejor: También puede ocurrir lo contrario y provocar que el pequeño se despierte más veces.
  • Al nacer, aún no ven: Claro que ven, es más, los recién nacidos ven mejor a una distancia entre 15 y 30 centímetros. Es por esto que los adultos cuando hablan con un bebé de pocas semanas se acercan instintivamente a él. A medida que va creciendo, su visión se va ampliando y al medio año ya ve a la perfección los objetos que se encuentran a 3 y 4 metros de él.

Fuente: http://www.serpadres.es/

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