Sentados o boca abajo los bebés aprenden mejor.

Durante las primeras etapas de la vida humana, cuando el bebé todavía no ha aprendido a caminar, permanecer sentado le proporciona efectos favorables, ya que le ayuda a desarrollar su capacidad de reconocer, pensar, percibir y recordar según un estudio reciente de la Universidad Estatal de Dakota del Norte, en Fargo, Estados Unidos.

“Una de las ventajas con la que los niños de seis meses y medio pueden contar es la habilidad de estar sentados sin respaldo, lo que les facilita alcanzar, agarrar y manipular objetos. Si no tienen que estar concentrados en mantener el equilibro, su atención puede dedicarse a explorar”, afirmó la doctora Rebeca Woods, profesora de Desarrollo Humano y Ciencias de la Familia de la NDSU.

Según Woods, “una parte importante del desarrollo cognitivo humano, que incluye habilidades como el pensamiento, la recepción y la memoria, es la habilidad de entender si un objeto que tenemos a la vista es el mismo que vimos antes o se trata de otro diferente”.

Las madres también pueden ayudar, pues según la doctora “ayudar a un bebé a permanecer sentado de una manera segura y con un apoyo adecuado puede ayudarle a acceder a una gran variedad de situaciones de aprendizaje”.

El estudio demuestra que para los recién nacidos sentarse, tanto por sus propios medios como por ayuda de terceros, juega un papel fundamental en su proceso de aprendizaje según la revista científica ‘Science Daily’.

La estimulación en los bebés es fundamental. Una investigación realizada por José Luis Pérez Machado, asociado a la Facultad de Ciencias de la Salud de Las Palmas en Gran Canaria, vinculado al Hospital Universitario Materno Infantil de Canarias (España), duró 15 meses y fue realizada a dos grupos diferenciados; uno experimental y otro de control: un grupo de 35 bebés que recibieron estimulación y otros 97 que no la recibieron.

Según los resultados se pudo concluir que existen diferencias notorias entre los bebés a los que estimulan poniéndolos boca abajo a las pocas semanas de nacidos y a los que no, y “la diferencia entre los dos grupos para asumir y mantener el sostén cefálico (la cabeza), volteos y gateo es debida a que el niño no estuvo boca abajo el tiempo suficiente”, afirma el experto.

Además afirma que “los niños deben dormir boca arriba pero cuando están despiertos y vigilados, progresivamente, deben pasar más tiempo boca abajo”. Según este experto boca abajo es cuando el niño fortalece su espalda y cuello, por esto, es mejor mantenerlo en esa posición.

Se sugiere a los padres que empiecen a poner al niño boca abajo a las 3 o 4 semanas de nacido y vayan aumentando progresivamente el tiempo hasta que a los 3 meses de edad que el niño pase tres tercios del tiempo en esta posición.

Fuente: http://www.abcdelbebe.com/

Share this post

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *