Para que un niño potencie su capacidad cerebral es necesario que las condiciones del medio ambiente en que viva sean favorables, pues las funciones del cerebro son parte fundamental en los procesos de aprendizaje y en el futuro éxito educativo. Hoy día tenemos al alcance de la mano toda la información acerca del desarrollo de este órgano y de la importante actividad que presenta durante los primeros años de vida. De ahí que los estímulos que provienen de su entorno causen tanto impacto en su estructura.

Los padres de hoy deben tener muy en claro que cuando el niño nace, su cerebro está libre de conductas genéticas y que para comenzar su adaptación en el nuevo espacio de vida apenas presenta algunas respuestas reflejas. Eso sí, al momento de nacer, trae todo un arsenal compuesto por miles de millones de células cerebrales (neuronas), que de inmediato comienzan a establecer conexiones entre sí en una función denominada sinapsis. Es por eso que el bebé necesita con urgencia entrar en contacto con su medio ambiente, pues por cada estímulo que recibe del exterior, ya sea a través de los oídos, la lengua, los labios, el cuerpo, los ojos, el olfato y el tacto, genera una sinapsis, que en conjunto dan lugar a las estructuras funcionales del cerebro.

Al formar estas estructuras, se constituyen las bases fisiológicas y psicológicas que abren las puertas del aprendizaje. Todo esto significa que el cerebro del niño va cambiando según los estímulos que recibe de su entorno inmediato, proceso que la psicología moderna ha denominado plasticidad del cerebro humano. Esta plasticidad cerebral humana es la que se encarga, durante los primeros años de nuestra vida, de configurar una base fisiológica sólida que potencia las habilidades y capacidades que traemos en nuestra carga genética.

Como dato final se aclara que la plasticidad cerebral continúa presentándose en todas las etapas del desarrollo, pero nunca con la intensidad con que se manifiesta en los períodos más sensitivos, en especial en los primeros 3 años de vida.

Método Bebé Políglota se encarga de estimular y generar más conexiones neuronales en los niños, en sus primeros años de vida, para que obtengan toda la información que necesitan para enfrentarse al mundo.