Organización y orden para un programa educativo.
En la educación infantil no podemos establecer jerarquías ni en la organización del tiempo ni en la organización de los espacios, pues entendemos que todos los momentos que suceden a lo largo del día son espacios pueden ser igualmente importantes y educativos.
Los tiempos y espacios deben ser flexibles, estructurados, pero no cerrados, que se adapten a las situaciones y los intereses de un grupo. Deben darle al niño(a) la posibilidad de vivir procesos largos en sus relaciones con los objetos y con los demás. Un programa de educación, por el contrario, sí se debe categorizar. Veamos la mejor forma de organización y orden para un programa educativo:
De consulta: cuando se busca documentación o datos sobre un asunto en particular, como por ejemplo los mapas políticos, económicos, lingüísticos, etc.
Tutoriales: cuando se transmite conocimiento a los estudiantes a través de monitores que le permiten aprender a su propio ritmo, con la posibilidad de repetir cuantas veces sea necesario.
Ejercitación: el estudiante refuerza conocimientos adquiridos con anterioridad y lleva el control de errores en una retroalimentación positiva. Proponen diversos ejercicios, como completará, llenará, reunirá, etc.
Simulación: hechos y situaciones se simulan en un entorno interactivo, permitiéndole al estudiante modificar parámetros y ver los resultados ante los cambios.
Lúdicos: el ambiente lúdico interactivo propone que el estudiante gane o pierda puntos según logros o desaciertos. Se conforma un cuadro de honor.
Micromundos: el estudiante explora alternativas, prueba hipótesis y descubre hechos verdaderos.
Inculcar el orden en los niños incorpora algo que va mucho más allá del mero fin estático. Si bien la armonía del medio ambiente físico es fundamental para la satisfacción del alma, también el orden y la organización del espacio en que se desenvuelve el niño diariamente influye en su propia organización mental. ¿A qué nos lleva esto?
Método Bebé Políglota contiene todos esos elementos que permiten que el niño se estimule y desarrolle su coeficiente intelectual al máximo a través de dinámicas, imágenes, sonidos, entre otros, que le permiten activar diferentes aspectos que influyen en su potencialización.
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