Nada más difícil para un adulto que aprender un idioma extranjero; de hecho, son muy pocos los adultos que consiguen hablar una nueva lengua, por muchas indicaciones que se le den y siguiendo los métodos más adelantados. En cambio, los niños, desde su nacimiento, traen consigo el chip de la genialidad lingüística. Un ejemplo muy elocuente nos lo da el doctor Glenn Doman al hacer una comparación de la capacidad de aprender de un adulto sobresaliente en su campo, con la de un bebé de dieciocho meses.
Cualquier comparación es valedera. Seleccionamos a un hombre de 30 años, brillante en su desempeño educativo y laboral, y le recomendamos viajar y permanecer año y medio en otro país con el exclusivo propósito de aprender su lengua. Al mismo tiempo, enviamos a un bebé de dieciocho meses para que conviva en el mismo país con una familia nativa. ¿Qué sucede a los dieciocho meses?
¿Por qué sucede esto? Sencillamente porque cuando un bebé nace, cualquiera que sea el sitio donde lo haga, el idioma que se habla en ese lugar para él es extranjero. Sin embargo, cuando tiene un año lo entiende bien y comienza a decir sus primeras palabras; a los dos años lo entiende mucho más y adquiere una capacidad para hablarlo, aunque sea rudimentaria; a los tres años lo entiende y lo habla con soltura y se desenvuelve en casi cualquier situación; a los seis años lo habla a la perfección de acuerdo con lo que ha vivido en su propio entorno.
Es posible que cometa errores como: «hubieron niños u ojalá haiga mucha comida». Lo dirá porque eso fue lo que escuchó en el entorno donde vivió ese periodo. Pero si el jefe del hogar de ese entorno o la señora son catedráticos de la lengua en ese país, pues el niño hablará el idioma clásico de ese país. Y si la familia es bilingüe, pues el niño fácilmente aprenderá los dos idiomas. Y si es políglota, hablará los idiomas que hablen los diferentes miembros de la familia. Esto se debe a la genialidad lingüística con que nace todo ser humano.
Lo más probable es que el hombre brillante regrese hablando bien el nuevo idioma, con algunas incorrecciones gramaticales y con el acento propio de nuestro idioma, mientras que el niño, al que no se le ha dado ninguna instrucción, regresará hablando bastante bien el idioma, con la entonación exacta de la casa, el pueblo o la provincia donde haya estado.
Método Bebé Políglota es un magnífico sistema de aprendizaje donde los niños aprenderán las bases de 7 idiomas simultáneamente que los harán adaptarse y conocer los idiomas mucho mejor.