Los bebés recién nacidos no son conscientes de que sus manos forman parte de su cuerpo y aunque pueda que las utilicen para casi todo lo que hacen, las ven como si fueran un juguete. Un juguete que no se puede sostener como un sonajero, o algún otro objeto que tenga en su poder. Es por esto que es fundamental que los padres de familia tengan claro que deben ayudarle a entender al menor que son parte de sí mismo y que lo van a acompañar toda su vida.
Hay un proceso muy especial durante el reconocimiento de ellas y es cuando el bebé coge un objeto y emite un sonido con él, en este momento, los ojos miran en detalle lo que está sucediendo y se dan cuenta que las manos, (que parecen ser un juguete), son las que sostienen y hacen que el producto suene cuando lo agita.
Durante sus primeros 6 meses de vida, los pequeños utilizan sus ojos y manos por separado, es decir, el bebé puede tocar objetos sin mirar y mirar objetos sin tocarlos. Mientras que el bebé no articule estas dos partes de su cuerpo, las actividades que realice siempre serán separadas de su mente y se convertirá en un observador pasivo de su entorno en de convertirse en participante activo. El reto de los padres es que durante el primero año de vida del bebé le desarrollen dicha coordinación que debe existir entre los ojos y las manos para que él tenga la posibilidad de explorar el entorno que lo rodea desde ambas actividades: mirar y tocar. Y aunque la destreza de desarrollar el control de las manos no parezca notoria, sí lo es.
Cuando un niño desde esa etapa de vida coordina bien sus manos con sus ojos, crecen teniendo buenas habilidades con ellas gozando de buena coordinación de las mismas. Es importante que los adultos le ofrezcan al menor un método apropiado para que desarrolle a cabalidad este control que debe existir; además de todos los beneficios de aprendizaje cognitivo, le permitirá al bebé destacarse en un futuro en deportes o actividades que requieran manipulación y visión, por ejemplo, la música, los deportes o cualquier cosa que requiera interacción física.
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